La expectativa crece en la Vieja Metrópoli de cara al crucial enfrentamiento entre el Club Sport Cartaginés y Olimpia de Honduras. Más allá del resultado, la afición blanquiazul mantiene una mezcla de ilusión, fe y gratitud por el desempeño del equipo en esta edición internacional.

Los seguidores reconocen que el camino no ha sido fácil. Las lesiones han golpeado fuerte al plantel, al punto de convertirlo en un “hospital”, pero aun así el equipo ha sabido mantenerse en pie y llegar con opciones al partido decisivo. “Si perdemos, sinceramente me sentiré satisfecho con el trabajo del equipo. Tener un hospital y estar donde estamos no es fácil”, comentó un aficionado brumoso, reflejando la voz de muchos.

Sin embargo, la ilusión también tiene su espacio. En caso de lograr la victoria, el Cartaginés no solo aseguraría su pase directo a la próxima edición de la Concachampions, sino que daría un golpe de autoridad en el área. “Si ganamos, aparte de clasificar, también me sentiré satisfecho y orgulloso de mi equipo”, añadió el seguidor.

La afición coincide en que este no es el mismo Cartaginés de hace algunos años. Hoy se respira hambre de gloria, esfuerzo y un sentido renovado de compromiso. “El tiempo de Dios es perfecto. ¡Yo sigo en el barco, yo sí creo!”, concluyó.

Con esa fe como motor, los blanquiazules esperan que el jueves se escriba una nueva página en la historia centenaria del club, sin importar el marcador final.